En la era digital, la accesibilidad web no es solo una buena práctica, es un imperativo ético. Garantizar que los sitios web sean accesibles para personas con discapacidades visuales, auditivas, motoras o cognitivas significa abrir puertas a la igualdad de oportunidades en la red. Implementar subtítulos, descripciones de texto alternativo, y una navegación amigable con el teclado son pasos esenciales hacia la inclusión. Al priorizar la accesibilidad, no solo expandimos nuestro alcance, sino que también promovemos una experiencia en línea más compasiva y universal.